lunes, 14 de noviembre de 2011

Dime que escondes.

Te mire sorprendida. Parecias un niño de dos años perdido bajo la luz de la Luna. Quise observate denuevo y ahi encontre tu mirada, esa mirada, tus ojos no cambiaban, te mantenias sereno y preocupado a la vez. Encontre tus olluelos cerca de esa imperfecta sonrisa, encontre tus cicatrices, que me hablaban de un pasado nefasto. Encontre tus manos paseandose por las cuerdas.
- Impulsame, me dijiste. Haz que llegue al cielo porfavor.

Te veias tan indefenso, con la mirada gacha, los labios temblando y una lagrima asomandose por tus ojos
- No te detengas, me pediste. Porfavor no lo hagas ...
Si hubiese sabido que querias llegar a la Luna, no me hubiese molestado en enseñarte a volar, no me hubiese molestado en darte un poquito mas de vuelo, para que tocaras las nubes y obtener un poquito de ese cielo. Me deteni, mis brazos ya se acalambraban de tanto impulso, frenaste repentinamente, me miraste por un rato y me abrazaste, derrepente ... Te manteniste un momento asi, conmigo, entonces te ví. 17 años pasan rapido, pero ¿creiste que llegarias hasta aqui? ¿Que seguiria ahi, contigo, apezar de todo?. Tu sonrisa nunca se borraba, incluso en los peores momentos. Tus abrazos nunca me faltaron, incluso en los peores momentos. Una palabra nunca me negaste, incluso en los peores momentos. Pero siempre tuvimos que decir adios, tantas veces las dijimos que dejó de ser una palabra seria, dejó de importarnos. De alguna manera siempre supimos que regresariamos al lado del otro.
Te apartaste de mi, me observaste una vez más y comenzaste hablar tan bajo, que casi no te escuchaba.
- Gracias por acompañarme esta noche, sabia que te parecias en algo a la Luna ...
- A la Luna? Te interrumpi.
- Si, a veces te veo, a veces no, pero sé que siempre estas, sea un dia nublado o muy soleado, tu siempre estarás ahi ... Y me alegra saberlo.

Me sente, tus palabras estremecieron todo mi ser, te agradeci, observe el paisaje y tome un diente de leon, de esos que tanto me gustaban. Lo sople, observe, pensé.Supuse, entonces, que eramos como un eclipse, nos perseguiremos siempre, pero en los momentos justos y adecuados nos sabremos encontrar. 
Llegue a casa y mire mi reflejo en el espejo, rasmillones en mi cara, las manos sucias, el pelo revuelto y unos ojos rojos. ¿Acaso llore? ¿Y cuando? 

Sophie era una chica tranquila, no resaltaba en la multitud, se cohibia por todo y nunca mostraba un grado de importancia hacia lo que decian los demás. Se autodenominaba "chica de piedra" Nada ni nadie, romperian su cascaron, pues en su mundo, nadie valia la pena ...




*No se puede extrañar a alguien, si no se recuerda ...-